EDUCAR BIEN CON LILIAN ORTEGA

jueves, febrero 15, 2007

LA EDUCACIÓN COMO UN JUEGO

Alguno de nuestros lectores me comentó hace unos días que a veces, cuando se enfrentaba a la revista, tan llena de contenidos, se sentía un poco cansado, como "obligado" a trabajar mucho en la educación de los niños. Le pregunté si jugaba con sus hijos y me respondió que a los 13 y 15 años, los chicos ya no quieren jugar ellos.

Que en estos tiempos todo se reduce a darles un sinfín de reglas para hacer de la convivencia algo soportable y para conseguir que no terminaran en las drogas, con una enfermedad de trasmisión sexual o con un futuro gris como empleados insatisfechos de una gasolinera. Le pedí que mirara cada artículo como una oportunidad para recuperar el goce de ser padre.

Que pensara siempre que no existe el padre perfecto y que hay siempre cosas que aprender sin que por ello nos sintamos unos progenitores desastrosos. Los hijos no vienen con manual de intrucciones, pero los padres tampoco, le recordé entre sonrisas. Se dió cuenta que cada vez que veía que hacía algo diferente a lo que los expertos de la revista recomendábamos, se sentía en falta y culpable a pesar de que nuestra intensión fuera hacerle más grata la vida con sus hijos. Prometió revisar por qué se sentía tan abrumado. Pocos días despúes me llamó: ¿sabes que a los adolescentes les emociona ganar a su padre a la batalla naval?

Educar es un juego divertido, y como todo lo que es divertido es un reto que nos mueve a aprender.